Eva Fariña / Redacción. Fotos: Diego S. Villasante. Madrid
La hipertensión arterial (HTA) en pacientes oncológicos o portadores del VIH, y la denervación simpática renal en el tratamiento de la HTA resistente son algunos de los temas que se van a abordar en la 17ª Reunión Nacional de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), que se ha celebrado en Madrid. Además, los especialistas también han analizado las conclusiones de los estudios Dimerica y Enrica, que investigan la relación entre la nutrición y el riesgo cardiovascular.
Nieves Martell, presidenta de la SEH-LELHA.
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En la presentación del encuentro, la Dra. Nieves Martell, presidenta de la SEH-LELHA, ha comentado que esta sociedad científica ha dedicado la reunión al fomento de la ‘Prevención Integral del Riesgo Vascular’, lema del encuentro: “Uno de nuestros objetivos es rebajar el número de pacientes hipertensos y con alto riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, así como fomentar la prevención en el ámbito laboral”.
En este sentido, Martell ha informado de que una de cada seis bajas laborales que se producen en España está relacionada con enfermedades vasculares, lo que supone un gasto cercano a los 1.200 millones de euros anuales, tanto por mortalidad como por incapacidad temporal o permanente. En el entorno laboral, también ha comentado que el 28 por ciento de los profesionales sanitarios españoles normotensos sufre “hipertensión enmascarada” durante su jornada laboral.
El Hotel Auditórium Madrid también ha sido el escenario del 4º Curso de Formación Presencial Básico en Hipertensión Arterial y Riesgo Cardiovascular para Enfermería; la 11ª Reunión de Enfermería de Hipertensión y Riesgo Cardiovascular (Ehrica), y la 5ª Reunión de Investigación en Fisiopatología Vascular de la SEH-LELHA.
Un 33 por ciento de la población española tiene problemas de HTA
Al menos el 33 por ciento de la población española tiene problemas de hipertensión arterial y un tercio de ellos no conoce que lo es. Así lo refleja el Estudio de Nutrición y Riesgo Cardiovascular en España (ENRICA), que hace una completa fotografía de cuáles son los mayores factores de riesgo cardiovascular ligados a los estilos de vida que existen entre los españoles. El 79 por ciento de aquellas personas que sí tienen conocimiento de su enfermedad cuenta con un tratamiento a base de fármacos hipertensivos, pero de éstos, solo el 46 por ciento tiene su presión arterial controlada. El Estudio ENRICA, llevado a cabo en casi 12.000 personas, se ha encargado de describir los factores de riesgo cardiovascular ligados a nuestros estilos de vida, como el tabaco, la actividad física y la alimentación, pero también aquellos factores biológicos, tales como el exceso de peso, el síndrome metabólico, la dislipemia o la diabetes, además de la hipertensión.
Alta incidencia de la HTA en pacientes portadores del VIH
En la actualidad, los expertos se enfrentan a otra dificultad: el aumento de la hipertensión arterial en pacientes portadores del VIH. Uno de cada cuatro afectados menores de 50-55 años es hipertenso, y la incidencia aumenta con la edad, llegando a afectar a más de mitad de los enfermos mayores de 55 años. Hasta ahora se trataba de un tema secundario, ya que la expectativa de vida era relativamente baja. Sin embargo, los tratamientos actuales han permitido cronificar la enfermedad hasta el punto de que, a día de hoy, la esperanza de vida en estos pacientes es casi similar a la de los individuos no infectados. La hipertensión no es el único factor de riesgo presente en estos pacientes quienes, por lo general, tienden a padecer otras muchas complicaciones, como hipercolesterolemia, diabetes, síndrome metabólico, daño renal o alteraciones de la grasa corporal, que incrementan el riesgo cardiovascular.
Control de la presión arterial del paciente oncológico
En cuanto a la atención y seguimiento del paciente oncológico, los expertos han recalcado que debe llevarse a cabo en equipos multidisciplinares, integrados por oncólogos y expertos en hipertensión, ya que el aumento de la presión arterial puede llegar a comprometer el seguimiento del tratamiento quimioterápico y, al mismo tiempo, provocar graves daños renales y cardiovasculares. De acuerdo a este esquema de trabajo, el paciente es sometido periódicamente a controles analíticos y radiológicos, además de evaluar su presión arterial y función renal. En la mayoría de los casos, una vez ha finalizado el tratamiento oncológico, la hipertensión tiende a mejorar e incluso a remitir, sobre todo en pacientes normotensos.
Bajas laborales por enfermedades cardiovasculares
Asimismo, los asistentes a la reunión de la SEH-LELHA han analizado los resultados del estudio ICARIA, entre los que destaca que una de cada seis bajas laborales que se dan en España a lo largo del año está relacionada con enfermedades cardiovasculares. De hecho, el seis por ciento de los trabajadores en España tiene un alto riesgo de sufrir alguna de estas dolencias, lo que supone que un millón de personas en edad laboral están en situación de riesgo y una gran mayoría lo ignora. De estos datos se puede inferir que cada año 23.000 personas (un 17 por ciento del total de las bajas en España, tras la lumbalgia y la depresión) deben abandonar temporalmente sus puestos de trabajo por este tipo de enfermedades, entre las que se encuentra la hipertensión arterial, lo que supone un alto coste tanto para las empresas como para el sistema público de salud. En la misma línea, se han conocido los resultados del estudio ESTHEN, realizado entre 500 profesionales sanitarios con niveles normales de tensión, de los cuales el 28 por ciento era hipertenso solo en la jornada laboral, según una monitorización ambulatoria de presión arterial de 24 horas.
España se aleja cada vez más de la dieta mediterránea
En el transcurso de este encuentro también se han conocido los primeros resultados del estudio clínico ‘Seguimiento de la Dieta Mediterránea y su relación con el Riesgo Cardiovascular en España’ (DIMERICA), promovido por la SEH-LELHA y la EHRICA. Según estos datos, España se aleja cada vez más de la dieta mediterránea, lo que conlleva índices de obesidad no solo entre la población adulta, sino también en niños y adolescentes. En total, en este país hay dos millones de personas con problemas de obesidad grave. En el estudio han participado 1.770 personas, a través de los cuales se ha hecho un análisis de los hábitos alimentarios que actualmente tiene la población adulta española.
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